La agencia de calificación de riesgo DBRS está lista para llevar a cabo una nueva evaluación de la deuda soberana de Portugal. Esta noticia ha generado un gran interés en el mercado y ha despertado diversas opiniones entre los analistas financieros.
Por un lado, hay quienes ven esta evaluación como una oportunidad para que Portugal mejore su situación económica y aumente su calificación crediticia. Por otro lado, también hay quienes son más cautelosos y no esperan grandes cambios en la calificación del país.
Sin embargo, es importante destacar que la evaluación de DBRS puede tener un impacto significativo en la economía portuguesa. ¿Pero cómo se realiza exactamente esta evaluación y qué factores son los que se tienen en cuenta?
En primer lugar, es importante comprender que las agencias de calificación de riesgo son entidades independientes que se encargan de analizar la solvencia y la capacidad de pago de una determinada entidad, ya sea un país, una empresa o una entidad financiera. Estas evaluaciones permiten a los inversores tomar decisiones informadas sobre dónde invertir su dinero.
En el caso de Portugal, DBRS es la única agencia de calificación que mantiene al país en la categoría de “grado de inversión”, lo que significa que su deuda es considerada segura para los inversores. Esta calificación es crucial para el país, ya que determina el acceso al mercado de deuda y, por tanto, la capacidad de financiamiento.
Hasta el momento, DBRS ha mantenido la calificación de Portugal en “BBB”, con una perspectiva estable. Sin embargo, muchos analistas creen que es posible que se produzcan cambios en esta evaluación.
En primer lugar, la economía portuguesa ha experimentado un crecimiento sostenido en los últimos años, registrando un aumento del PIB del 1,4% en 2018 y una previsión del 2% para 2019. Además, el desempleo ha disminuido significativamente, alcanzando un mínimo histórico del 6,7%.
Estos datos positivos se deben, en parte, a las reformas estructurales implementadas por el gobierno portugués en los últimos años, como la reducción del déficit presupuestario y la implementación de medidas para fomentar la inversión y el crecimiento económico.
Otro factor a tener en cuenta es el hecho de que Portugal ha logrado reducir significativamente su deuda pública en los últimos años. En 2018, la deuda se situó en el 121,5% del PIB, frente al 130,1% en 2017. Esto se debe en gran parte a la recuperación económica y a la gestión prudente de las finanzas públicas.
Sin embargo, también hay algunos desafíos que podría enfrentar Portugal en esta evaluación. Uno de ellos es la incertidumbre política a raíz de las elecciones legislativas que se celebrarán en octubre. Esto podría afectar la capacidad del gobierno para implementar nuevas reformas y políticas económicas.
Además, Portugal sigue enfrentando un alto nivel de deuda privada, especialmente en el sector empresarial. Esto podría plantear un riesgo para el país si se produce una desaceleración económica.
A pesar de estos posibles desafíos, muchos analistas creen que DBRS podría mejorar la calificación de Portugal a “BBB+” o incluso “A-” en su próxima evaluación. Esto se debe, en gran parte, a la mejora de la situación económica del país y al compromiso del gobierno con la estabilidad fiscal.
Una calificación mejorada podría tener importantes beneficios para Portugal, como una reducción del costo de su deuda y una mayor confianza de los inversores. Esto, a su vez, podría ayudar al país a seguir avanzando en su recuperación económica y a atraer más inversiones.
En resumen, la próxima evaluación de DBRS de la deuda soberana portuguesa es una oportunidad clave para el país.