El pasado 9 de marzo de 2020, la principal Bolsa de Valores de Tóquio (Nikkei) sufrió una caída del 12,40%, registrando así su segunda mayor caída en términos porcentuales. Este hecho ha generado una gran preocupación en la comunidad financiera a nivel mundial y ha generado una serie de interrogantes sobre el futuro de la economía japonesa y su impacto en el resto del mundo.
La caída del Nikkei se produce después de una serie de eventos que han generado incertidumbre en los mercados globales, como la propagación del coronavirus fuera de China y la disputa comercial entre Estados Unidos y China. Estas situaciones han generado una gran volatilidad en los mercados financieros y han afectado negativamente a las bolsas de valores de todo el mundo. Sin embargo, a pesar de estas circunstancias, es importante mantener la calma y analizar detalladamente lo sucedido en Tóquio.
Para entender mejor lo que ha sucedido con el Nikkei, es necesario analizar su evolución en los últimos meses. En septiembre de 2019, la bolsa alcanzó su nivel más alto en los últimos 30 años, superando los 23.000 puntos. Sin embargo, desde entonces, ha registrado una tendencia a la baja, sufriendo varios altibajos en el camino. Esta tendencia se ha visto agravada por la propagación del coronavirus, que ha generado una gran preocupación en los inversionistas debido a su impacto en la economía global.
Ahora bien, a pesar de esta importante caída, es importante destacar que no es la primera vez que el Nikkei sufre un golpe tan fuerte. En 1987, también sufrió una caída del 15% en un solo día, conocido como el “lunes negro”. En aquella ocasión, el mercado logró recuperarse en poco tiempo y continuó su tendencia alcista en los años siguientes. Esto demuestra que, aunque estas caídas repentinas pueden generar incertidumbre, también pueden ser una oportunidad para los inversionistas a largo plazo.
Además, es importante destacar que la economía japonesa no se encuentra en una situación precaria. Aunque la guerra comercial entre Estados Unidos y China ha afectado a su sector exportador, su economía sigue siendo una de las más fuertes del mundo, con una tasa de desempleo baja y una moneda estable. Asimismo, el gobierno japonés ha implementado medidas para contrarrestar los efectos del coronavirus y continuar con su crecimiento económico.
Es por ello que, en lugar de caer en el pesimismo, es importante tomar una visión más amplia y considerar los factores que han llevado a esta caída y cómo pueden ser solucionados. Además, es necesario recordar que las bolsas de valores son volátiles por naturaleza y que estas caídas son parte del ciclo normal del mercado.
Otro aspecto importante a tener en cuenta es que el mercado bursátil de Tóquio representa una pequeña parte de la economía japonesa. El sector de servicios, que representa alrededor del 70% del PIB del país, está experimentando un crecimiento sostenido y esto demuestra la resiliencia de la economía japonesa ante situaciones adversas.
Por otro lado, esta caída del Nikkei también puede ser vista como una oportunidad para los inversionistas. En momentos de crisis, es cuando se pueden encontrar las mejores oportunidades de inversión. Aquellos que buscan invertir a largo plazo pueden encontrar valor en las acciones que han sufrido una fuerte caída y que tienen un potencial de recuperación.
En conclusión, la caída del 12,40% del Nikkei no debe ser motivo de pánico, sino de reflexión y análisis. Aunque es un hecho preocupante, también puede ser una oportunidad para aquellos que buscan invertir a largo plazo. Además, la economía japonesa sigue siendo sólida y